Los que se condenan por omitir pecados en la confesión
El que calla voluntariamente en la confesión un pecado grave, hace una mala confesión, no se le perdona ningún pecado, y, además, añade otro pecado terrible, que se llama sacrilegio.
El que calla voluntariamente en la confesión un pecado grave, hace una mala confesión, no se le perdona ningún pecado, y, además, añade otro pecado terrible, que se llama sacrilegio.
En cualquier parte del mundo donde está presente la Iglesia católica, la imagen de la Virgen María Inmaculada, irradia consuelo y confianza a todos sus hijos. Todos los católicos la honran por ser la Madre de Dios y de la Iglesia, y a ella le dirigen el rezo del Santo Rosario y, tres veces al día, la oración del Ángelus. ¡Canciones, estatuas imágenes, santuarios marianos, son la expresión del riquísimo culto a María!
Los sacerdotes tienen una misión muy grande en la Iglesia. Por eso debemos ayudarlos muchísimo para que la cumplan. Pero no te olvides que tú también tienes una misión en la Iglesia. Cómo dice el final del video: Dios tiene un plan para ti, para hacerte feliz.
Cada 2 de febrero la Iglesia Universal celebra la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, en la que recordamos el encuentro de la Sagrada Familia con Simeón y Ana -que es también el encuentro del Señor con su pueblo-, y la purificación ritual de la Virgen María después de haber dado a luz al Salvador.
La superstición es la deformación del sentimiento religioso que ofende a Dios. ¿Quiénes caen en superstición? Aquellos que atribuye a cosas poderes que solo le pertenecen a Dios.
Mi vida familiar, mi trabajo, mis negocios han de glorificar a Dios. Alaba el sol a Dios con su esplendor. La estrella, con su brillo. El pájaro, con sus cantos. La flor, con su perfume. ¿Y el hombre? El hombre debe alabarlo con una vida en todo de acuerdo con la santísima voluntad de Dios.
En el corazón de las ciudades cristianas María constituye una presencia dulce y tranquilizadora, con su estilo discreto da paz y esperanza a todos en los momentos alegres y tristes de la existencia.
¿Realmente no tenemos tiempo? Tenemos tiempo para lo que queremos, pero no para hacer una parada y dedicar quince minutos a la oración, para ver cuál es el sentido profundo de todo lo que hago.
Dios Padre impidió que María, hija de Joaquín y Ana, destinada a ser Madre de Su Hijo, contrajera el pecado hereditario ni un solo instante: el Demonio no debía tener parte en ella; sin mácula desde el mismo principio de su existencia.
A diferencia de la primera venida, la segunda será absolutamente visible para toda la creación y en todo el esplendor de su gloria: «Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre» (Mt 24, 27).
«Yo soy el Señor Dios tuyo», se desprende que yo soy criatura suya. ¡Y qué pequeño soy ante Dios! La oración, el diálogo con mi Creador, es para mí un deber y una necesidad, un honor y un privilegio.
Cada 2 de noviembre, la Iglesia conmemora y eleva sus ruegos por todos los Fieles Difuntos, aquellos que han dejado este mundo, pero que aún no han alcanzado el Cielo y se encuentran en el Purgatorio. Estas almas necesitan de nuestras oraciones y en especial que obtengamos para ellas las gracias de las Indulgencias.
Nuestro Señor nos enseña que vamos a
rendir cuentas por cada palabra que decimos y que no dejaremos la prisión hasta que no hayamos pagado hasta el último céntimo (Mt 5, 26). ¿Es de asombrarse que algunas almas tengan que estar en el Purgatorio por tanto tiempo? Lo que se puede decir con seguridad es que, el tiempo que las almas pasan en el Purgatorio es, por regla general, mucho más larga que la gente puede imaginar.
No hemos de adorar a los ídolos, sino al Dios verdadero. Cumplamos de verdad el primer Mandamiento de su santa Ley: Yo soy el Señor Dios tuyo.
¿Sabéis quién ama de veras a Dios? El que, llamado por Dios en cualquier momento del día, en medio de cualquier ocupación, está preparado.
El patrocinio de María en las batallas de los cristianos en la madre patria comienza con su singular intervención en la reconquista española, pues no en vano ha sido y es España la tierra de María Santísima, especialmente favorecida por su presencia, en carne mortal, a Santiago en Zaragoza.
«Él ha enviado a sus ángeles para cuidarte en todos tus caminos. Ellos te sostendrán en sus manos, para que no tropieces con ninguna piedra»” (Salmo 91,11s). Los ángeles son nuestros amigos, son los seres espirituales que Dios nos ha dado para orientarnos hacia la santidad.
Jesucristo es Rey. Todo poder le ha sido dado, incluso sobre las cosas temporales. Los evangelios describen el reino de Jesucristo como un reino cuyo ingreso exige una penitencia preparatoria, ingreso que a su vez sólo es posible por medio de la fe y del bautismo, el cual, si bien es un rito externo, significa y produce la regeneración del alma.
Muchos cristianos han reducido los mandamientos de Dios a no matar y a no robar, olvidándose de que existen otros mandamientos, pues el demonio ha conseguido hacernos creer que no tenemos ningún pecado, la conclusión siguiente es creernos ya salvados. ¡Qué mentira tan grande! ¿Cómo hemos sido capaces de caer en esa trampa?
Lo que vale una Misa lo expresa el padre Royo Marín, O.P., diciendo: «Una sola misa glorifica a Dios más que toda la gloria que le dan todos los santos del cielo, incluida la Santísima Virgen, por toda la eternidad».
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