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Santa Rosa de Lima: la primera flor de América

«Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Santa Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones», dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella. Y es a esta primera santa de América, la flor más bella que ha producido este continente, a quien dedicamos este artículo.
Santa-Rosa-de-Lima, Patrona de América

Extraído de Aciprensa
y
adaptado por Formación Católica

El 23 de agosto es la fiesta universal de esta gran santa; pero además, el 30 de agosto se celebra su fiesta en el Perú y otros países como Paraguay. Es Patrona de Perú, América y las Filipinas. La primera Santa de América solía decir: «cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús», y otra frase que la acompañaba era: «Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor».

Vida familiar

Isabel Flores de Oliva nació en Lima (Perú) el 20 de abril de 1586 y fue bautizada el 25 de mayo de ese mismo año. Aunque su nombre verdadero era Isabel, en honor a su abuela materna, una india que servía a la familia la llamaba Rosa debido a que la niña tenía una extraordinaria belleza. Solamente sus parientes se dirigían a ella con ese nombre.

Junto a su hermano Fernando recibió una esmerada educación, algo excepcional para su época, y tuvo una profunda formación espiritual.

En 1597, Santo Toribio de Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, le administró el sacramento de la confirmación y la llamó Rosa.

Voto de virginidad y rechazo a la vanidad

Su intenso amor por el Crucificado la llevó a hacer un voto de virginidad. Consciente de su belleza, la Santa se restregaba la piel con pimienta para desfigurarse. En una ocasión, su madre le puso una corona de flores en la cabeza para lucirla ante unas visitas. Rosa se clavó una de las horquillas para hacer penitencia por esa vanidad.

Santa Rosa de Lima luchó para arrancar el amor propio y la vanidad de su corazón.

Otro día una mujer destacó la suavidad de sus manos y la finura de sus dedos. Inmediatamente la joven se talló las manos con barro. Santa Rosa de Lima luchó para arrancar el amor propio y la vanidad de su corazón. Realizaba intensos ayunos y pasaba las noches en vela haciendo oración.

Se mortificaba con una cinta de plata alrededor de su cabeza, cuyo interior estaba lleno de puntas, para compartir los sufrimientos de Cristo con la corona de espinas.

Su ferviente amor a Dios lo expresaba en diversas prácticas de penitencia que asumió desde pequeña. A los diez años de edad ayunaba a pan y agua. Comía muy poco y se preocupaba de que su alimento no tuviera un sabor agradable. En su dormir también fue muy exigente consigo misma, ya que colocaba maderos en su lecho y virutas y cañas en su almohada. Utilizaba silicios para mortificar su frágil cuerpo. Estas penitencias sólo se pueden entender al conocer el gran amor que llenaba el interior de la Santa. Todo esto era la expresión de un corazón que desbordaba de piedad por Cristo.

Experiencia mística

Sus padres intentaron casarla pero ella defendió su vocación. El 10 de agosto de 1606 ingresó como Terciaria en la Orden de Santo Domingo, imitando a Santa Catalina de Siena, su maestra espiritual. Por sugerencia de un sacerdote, aceptó que la llamaran Rosa de Santa María.

Con la ayuda de su hermano Fernando construyó una ermita en un rincón del huerto de su casa donde oraba y realizaba sus mortificaciones. Ahí de jueves a sábado tenía experiencias místicas y experimentaba los sufrimientos de la Pasión.

Su amor a Dios era tan ardiente que su tono de voz cambiaba y su rostro se encendía cuando hablaba de Él, lo que reflejaba el sentimiento que embargaba su alma. Lo mismo sucedía al estar en presencia del Santísimo Sacramento y cuando comulgaba.

Un milagro en vida: Lima preservada gracias a su intercesión

En 1615, un grupo de piratas quiso atacar la ciudad de Lima. Cuando ya estaban en el puerto del Callao, Santa Rosa y otras mujeres fueron a la iglesia de la Virgen del Rosario para rezar ante el Santísimo Sacramento. Incluso la Santa puso su cuerpo delante del sagrario para protegerlo.

Días después murió el capitán de los piratas y estos se alejaron de la ciudad. Todos los limeños atribuyeron este «milagro» a Rosa.

La salud de la Santa decayó y fue a vivir con un matrimonio muy piadoso, Don Gonzalo de Massa y su mujer Doña María Uzategui. En medio de los sufrimientos, la joven oraba: «Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor».

Desposorio místico

En el año 1617, durante el Domingo de Ramos ocurrió su «desposorio místico». Mientras oraba delante de la Virgen del Rosario, el Niño Jesús le dijo: «Rosa de mi Corazón, yo te quiero por esposa». Ella le respondió: «Señor, aquí tienes a tu inútil esclava; tuya soy y tuya seré para siempre».

En la Iglesia de Santo Domingo en el centro de Lima se conserva la loseta sobre la cual estaba de pie la Santa cuando sucedió el desposorio.

Muerte de la santa

Santa Rosa de Lima murió el 24 de agosto de 1617 a los 31 años. Durante su entierro, toda la ciudad se despidió de ella. Muchas personas se acercaban al cadáver para arrancar un trocito de su hábito y tenerlo como una reliquia. Al final los guardias tuvieron que dispersar a la gente porque ya llegaron incluso a arrancarle un dedo del pie.

Canonización

Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera Santa de América. El mismo Pontífice la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales.

En 1992 San Juan Pablo II expresó que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era «testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio».

El 13 de junio de 1939 se instaló el 30 de agosto como el Día del Agente de Policía, por medio de un decreto firmado por el entonces presidente del Paraguay, Dr. Félix Paiva.

El decreto que llevó el Nº 14.704 decía que: «El Agente de Policía es el ejecutor directo y el representante de la autoridad ante la población; que su labor es fecunda a pesar de la modestia de su investidura en la consecuencia del orden y la tranquilidad social, que esta tarea debe ser premiada y enaltecida ante quienes son beneficiarios de ella».

¿Cómo llegó a ser Patrona de la Policía Nacional del Paraguay?

Sin embargo, la Policía necesitaba también de una santa patrona para encomendarse todos los días y poder salir a cumplir con sus labores, que en muchos casos conllevan riesgos mortales. Entonces, el 3 de julio de 1953, el coronel Esteban López Martínez, quien era el jefe de Policía de la Capital, le solicitó al Arzobispado de la Santísima Asunción el Decreto Canónico y reconocimiento de Santa Rosa de Lima como Patrona de la Policía de Paraguay.

El 25 de agosto del mismo año, conforme al Canon 1.278 del Código de Derecho Canónico, el monseñor Aníbal Mena Porta, arzobispo de Asunción, dispone: designar a Santa Rosa de Lima, Primera Flor de Santidad y modelo acabado de Espíritu de Sacrificio, Patrona Celestial de la Policía de la Capital y sus dependencias, y celebrar la fiesta de Santa Rosa de Lima el mismo Día del Agente de Policía.

Desde entonces, cada 30 de agosto, la Policía Nacional honra a su santa patrona y también festeja su día con actos en las diferentes dependencias policiales de todo el país.

Pidamos a Santa Rosa de Lima, quien mediante sus virtudes llenó de fragancia a toda la Iglesia de Dios, nos alcance del Esposo Celestial un corazón desprendido de las vanidades del mundo y lleno del amor divino.

“La perfección de la vida cristiana es siempre camino de Cruz, seguir los pasos de
Jesucristo hasta llegar al Calvario y ser crucificado allí con Él. “Quien quiera ser
perfecto…”, ya sabe el camino” decía la Santa



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