Cómo explicar el Purgatorio a los Protestantes
Debido a los pensamientos erróneos de los hermanos separados se debe explicar este dogma con mucha caridad y con un lenguaje de fácil entendimiento.
Debido a los pensamientos erróneos de los hermanos separados se debe explicar este dogma con mucha caridad y con un lenguaje de fácil entendimiento.
El pecado es una ofensa directa a Dios y un rechazo frontal a la cruz de Cristo. Hoy día, parece ser, que el hombre ha optado por esa vía, y el destino al que puede conducir ese modo de proceder no puede ser otro que el vacío, la tristeza, la enemistad con Dios y la condenación eterna.
El 19 de septiembre de 1846, en La Salette, en los Alpes franceses, la Santísima Virgen María se le apareció a dos pastorcitos. Sentada y llorando en medio de una luz resplandeciente, les habló sobre el dolor del cielo por las ofensas y los pecados cometidos por los hombres: «El desprecio por el precepto dominical y los insultos y las blasfemias cometidas contra su Divino Hijo».
La redacción del cuarto Mandamiento revela una profunda sabiduría cristiana. No dice: «Ama a tu padre y a tu madre», sino «honra». Has de ser, por tanto, un padre digno, que merezcas ser honrado por tu hijo, y que pueda éste ponerte por modelo. En cualquier momento, en cualquier circunstancia que te mire, ha de sentir por ti gran admiración.
La Resurrección de Jesús es el hecho histórico y espiritual más importante de la fe cristiana. Algunos de los no creyentes y escépticos piensan que tal vez Cristo no murió en la Cruz y esto explica la leyenda de la Resurrección.
Muchas manifestaciones hizo Jesucristo para mostrar a sus Apóstoles que verdaderamente había resucitado. Por eso se les apareció, no durante la oscuridad de la noche, en que un ensueño deslumbrador puede interpretar un fantasma, sino de día, claramente, irradiando exhalaciones de luz más resplandecientes que el sol del mediodía.
La Sagrada Comunión tiene una eficacia santificadora incomparable, ya que consiste propiamente en el desarrollo y crecimiento perfecto de la gracia y de las virtudes infusas en nuestra alma.
La infracción de la Ley de Dios, el pecado, es el mayor mal del mundo; así lo enseña la Iglesia. Y por esto nos repite de continuo esta divisa: antes morir que pecar.
Las almas del purgatorio necesitan oraciones, Misas, Rosarios, sacrificios… Ya que ellas no pueden hacer nada por quitarse tiempo de permanencia en el purgatorio. Somos nosotros, los que aún vivimos en la tierra los que podemos hacer que ese proceso de purificación sea más liviano.
¿Qué sabemos acerca de las almas del Purgatorio? ¿Podemos ayudarlas? ¿Cómo? María Simma, una referente del tema, nos podrá responder. A ella acudían numerosas almas para pedir su intercesión a través de oraciones, sacrificios y Misas. En este artículo te presentamos una parte de las maravillosas revelaciones recibidas por esta humilde mujer sobre las benditas almas del purgatorio.
El papa Pío IX proclamó el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis, que era verdad revelada por Dios y que todos los fieles tenían que creer firmemente que «la beatísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original por singular privilegio y gracia de Dios omnipotente.
¿Por qué rezar el Rosario a diario? ¿Qué beneficios trae al que cada día se pone a los pies de María con esta oración? Sor Lucía Dos Santos, una de las tres videntes de Fátima dejó por escrito en un libro las respuestas a estas cuestiones.
¡Qué fuente de consuelo, de fortaleza y de gozo es el culto y alabanza a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael! ¡Qué preciosas y contundentes, como marcha triunfal, las letanías con que la Iglesia nos enseña a invocarlos!
Cuenta la historia de los Santos que San Francisco de Asís obligó al Diablo a admitir lo que más temía, él mencionó tres cosas: el Santo Nombre de Jesús, el escapulario marrón y el Santo Nombre de María.
La excelencia soberana de la caridad consta en las fuentes mismas de la divina revelación. Lo dice expresamente San Pablo: Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad.
La Santa Misa es el centro y el corazón del culto católico y de su liturgia. Todo el esplendor y hermosura de las ceremonias tienen su razón de ser en Nuestro Señor Jesucristo, que se hace presente entre nosotros en la Santa Misa. Las ceremonias, la magnificencia y suntuosidad no son un fin en sí mismos, sino medios para acercarnos a Él y tributarle nuestro mejor homenaje.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que «la pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira».
Ofrecemos algunas nociones en las cuales expondremos, principalmente, el propio concepto de la fe en sus distintas modalidades y la verdadera naturaleza de la fe divina o sobrenatural.
Las almas de los pastorcitos no se quedaron traumatizadas con la visión del Infierno, sino que se llenaron de una lucidez sobrenatural, de fervor en la oración y de caridad apostólica por la conversión de los pobres pecadores. No los trastornó tanto el horror de la visión como la tristeza de la Virgen María y el destino de los condenados al infierno.
Las hermanas de un convento de Italia presenciaron un hecho impactante. Una de las hermanas que había fallecido días atrás volvió al convento desde el purgatorio y dejó su huella. En su aparición la religiosa exclamó que lo que había ocurrido fue un prodigio ordenado por Dios «para enseñanza y enmienda de todos».
Esto te permitirá poder pagar más rápido la próxima vez, en el catastro te haremos unas preguntas de seguridad, los datos de tarjeta de crédito no son guardados en este sitio web, sino procesados en un ambiente seguro en Bancard.
Cargando.. aguarde unos segundos..