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Elecciones y el voto pro-vida

Dentro de unos días más, en Paraguay, se estarán realizando las elecciones generales. Y hasta esa fecha, el domingo 22 de abril, todas las atenciones estarán puestas en quiénes serán electos para representar a los ciudadanos en el gobierno del país. Y la cuestión pro-vida no será un tema menor. Si no, ¿cómo se explica que algunos candidatos comienzan a cambiar el discurso a días de las elecciones?

¿Que es pecado apoyar el aborto? Lo fue y lo seguirá siendo. El aborto es –y no dejará de ser por simple mayoría– un crimen abominable. No importa el origen o causa del embarazo, que es otro tema. El niño dentro del vientre materno no puede ser condenado a muerte por culpa de sus progenitores. Y apoyar el aborto, o a quienes apoyan el aborto, por el hecho de que estos apoyan el aborto, es pecado grave.

Lo decía Benedicto XVI en una carta enviada a los obispos de los Estados Unidos, cuando todavía era cardenal, donde decía que “un católico sería culpable de cooperación formal en el mal, y tan indigno para presentarse a la Sagrada Comunión, si deliberadamente votara a favor de un candidato precisamente por la postura permisiva del candidato respecto del aborto y/o la eutanasia”.

Es esa cooperación con el mal la que no se puede ni buscar ni consentir en un momento tan crucial para nuestro país. Y aquí, es más que sabida las posturas pro-abortistas de muchos políticos que se candidatan en estas elecciones.

Los obispos del Paraguay, al hablar de criterios a tener en cuenta, también recordaron a los ciudadanos que deben preguntarse acerca de la postura pro-vida del candidato:

Es un imperativo moral cuidar la vida y, en este sentido, promover las leyes y las políticas de Estado que fomenten y defiendan la cultura de la vida: ¿Qué postura tiene el candidato en relación con la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural? (Mensaje de los Obispos del Paraguay 217ª Asamblea Plenaria Ordinaria de la Conferencia Episcopal Paraguaya).

Y si bien es cierto que también hay otros criterios a tener en cuenta, la cuestión pro-vida, o sea, la referente al aborto, al matrimonio homosexual y a la ideología de género, es de las más importantes, incluso sobre las cuestiones económicas. Porque de nada nos servirá «haber ganado el mundo entero», con una prometida economía de desarrollo, si al final «perdemos el alma», así lo dijo el Señor.

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