En los tiempos que corren, lo que menos falta es quien quiera resaltar sobremanera la misericordia de Dios al punto de eliminar todo lo que exista en Él de severidad o castigo. Se considera como maldad o falta de misericordia la existencia o la mera posibilidad del infierno. Sin embargo, sin pretender dar la doctrina sobre el tema, que te lo dejo aquí en este enlace, podemos hacer todavía algunas reflexiones. ¡No se puede ser más misericordioso que Dios! Dios, por su propia naturaleza, es todo bondad y misericordia, y no cabe en él ninguna imperfección. El odio o la maldad son imperfecciones, y ellas no son compatibles con la omnipotencia divina. Pero la condenación del pecador no es efecto de un defecto divino, sino de su perfectísima justicia, que ha dado a cada uno, en vida, todos los medios necesarios para obrar con bondad. Y aún, si no lo aprovechó, todavía le queda arrepentirse. Todo esto lo digo de manera sumamente simplificada, omitiendo lo referente a la gracia de Dios y su relación con la libertad humana. Pero la doctrina cristiana es básicamente esa. Además, es verdad el hecho de que en la misma revelación hay numerosas referencias al