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La difícil tarea de ser padres hoy

¿Es prioridad de los padres de familia inculcar valores y principios cristianos a sus hijos? Paternidad responsable significa enseñarles – desde pequeños – a los hijos a ser hombres y mujeres de bien, conocedores de los principios humanos y cristianos. ¿Aprenden y desarrollan estos valores nuestros hijos hoy?… Para enseñar valores, primero los padres deben poseerlos.

Ser padres responsables es la mejor cosa que podemos hacer por nuestros hijos. Es una de las tareas más difíciles que enfrentamos como adultos, porque los hijos – en general – son nuestro reflejo por la forma de criarlos.

No pocos se contentan con ser sólo padres biológicos. Es que «hacer hijos», además de fácil, «igustoitereí voi ningó» (es muy fácil).

¿Es prioridad de los papás posmodernos inculcar valores y principios a sus hijos? Paternidad responsable significa enseñarles – desde pequeños – a ser honestos, respetuosos, prudentes, responsables. Además de inculcarle los valores cristianos y morales ¿Aprenden y desarrollan estos valores nuestros hijos hoy?… Para enseñar valores, hemos de poseer valores. ¿Lo Poseemos?

Muchos hijos crecen exigiendo, son arrogantes, insatisfechos y grotescos. Llega un momento en sus vidas que no tienen alicientes, ni inquietudes, ni desafíos. Viven porque «el aire es gratis» como dice el dicho. ¡Los estamos educando para que sean unos perfectos inútiles para buenas acciones! Y por eso, se escucha a un papá decir: ¡Ya no puedo más con mi hijo de 14 años! ¿Qué historia es esa, señor papá?

¿Por qué ocurre esta tragedia en casa? Entre otras causas, porque han llevado una vida cómoda, sin compromisos, licenciosa, irresponsable. Vida «burbuja», irreal. No se trata de imponerles experiencias desagradables para que «aprendan a vivir la vida», pero sí para que aprendan del día a día, de las pequeñas dificultades, a fortalecer el carácter y así puedan afrontar las adversidades que puedan presentarse.


El hijo nunca va a aprender los límites a menos que sepa las consecuencias de sus errores

Si los amenazamos con un castigo merecido, cumplamos. El hijo nunca va a aprender los límites a menos que sepa las consecuencias de sus errores. Corrijamos con firmeza, pero con amor, o si no, saldrán perjudicados y además, nos pasarán por encima. Es necesario ganarnos respeto. El hecho de que les hayamos traído al mundo, no significa que están en deuda con nosotros.

Ser padres hoy - La difícil tarea de ser padres hoy

Los hijos No son nuestra «propiedad». Hagámosle participar en algunas de las decisiones de la casa. Reconozcamos y alentemos cuando hacen cosas buenas. Los hijos necesitan crecer y convertirse en adultos bien formados, mediante sus padres y no a pesar de ellos.

Otro punto que los padres no deben olvidar es que deben educar a sus hijos en la fe, tarea ineludible que no pueden pasar por alto, pues serán las bases cristianas, las que ayuden a que su hijo crezca en valores.

Señor padre posmoderno, algunas sugerencias que me hicieron llegar para tener un hijo problema, patotero, irresponsable. Es muy fácil. Sólo deberás seguir estas pautas:

(a) Justifica todos sus actos y echa la culpa a los demás o las circunstancias. Tu hijo siempre es una víctima inocente.
(b) Protégele para que no sufra. Evita que se decepcione, que se frustre o se enoje; evítale el dolor de sufrir por los demás; evita que se caiga y así no tendrá que esforzarse en levantarse.
(c) Trata de que no le falte nada. No es necesario que pase por las mismas carencias que has pasado tú. ¿Por qué tiene que renunciar al último modelo de celular si puedes permitírtelo?
(d) Nunca uses tu autoridad. Lo mejor para él es que obedezca porque quiere obedecer y nunca porque se lo pide sus padres.
(e) Sé el mejor amigo de tu hijo, así no tendrás que pelearte ni discutir con él; serás popular y te querrá mucho.
(f) No le exijas demasiado, no sea que se canse y se frustre.
(g) Fomenta su autoestima “sea como sea”: disculpa todo lo que hace mal, alábale y halágale en cualquier circunstancia; así tendrá una alta autoestima, falsa pero alta.
(h) Motívale a todas horas, hazle planes, búscale distracciones; organízale tú la vida para que no se aburra y sea muy, muy feliz.
(i) Atiende todas sus demandas de ayuda, créete todo lo que dice cuando te mienta y trae malas notas, total es tu hijo.
(j) No te enfrentes nunca a tu hijo, no le digas nunca «no» y así evitarás las luchas de poder.

Si no quiere respetar las normas, dialoga con él y trata de convencerlo. Y si no lo consigues, piensa que no son tan importantes. Señor padre, si quieres contribuir con este caos establecido, nada hagas por mejorar la salud moral de tu hijo. El mundo no empeorará más porque un «mamut» se sume al gran batallón de imbéciles morales.

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