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Somos Templo de Dios

¿Por qué construir un nuevo templo? ¿Deben los nuevos templos solamente responder a necesidades funcionales y prácticas del culto cristiano? ¿Es necesario hacer teología para tener criterios definidos en la construcción de un nuevo templo?

¿Por qué construir un nuevo templo? ¿Deben los nuevos templos solamente responder a necesidades funcionales y prácticas del culto cristiano? ¿Es necesario hacer teología para tener criterios definidos en la construcción de un nuevo templo? Todas estas preguntas nos hemos hecho antes de encarar un proyecto que no sólo exige mucho de esfuerzo material, sino de comprensión espiritual acerca de las raíces mismas del templo cristiano. En Hernandarias queremos levantar un monumento a Dios, que nos ha amado tanto, hasta entregar a su Hijo único por nuestra salvación.

Que Dios quiere habitar en nosotros, poner su morada entre nosotros, es una verdad que recorre todas las Escrituras. Desde el Antiguo Testamento, pasando por la Tienda de las Citas en el desierto durante el Éxodo de Israel, y con el ápice en la construcción del Templo de Salomón, Dios ha manifestado muy claramente su voluntad. El Nuevo Testamento se inaugura con la irrupción de Dios de un modo completamente nuevo e inesperado, aunque anunciado: la Encarnación del Verbo Eterno en las entrañas de María Santísima. «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros»; puso así Dios su tienda en medio de su pueblo, para nunca más separarse de los suyos. Luego de la Resurrección, habiéndole reclamado sus discípulos que no les dejara solos, les dijo que les enviaría otro Consolador, y que estaría con ellos, todos los días hasta el fin del mundo.

Y así Dios mantuvo su morada entre los hombres, pero ya no sólo en un lugar determinado del Medio Oriente, sino en cada alma que recibe el Bautismo y cumple con la voluntad del Padre que está en el cielo.

 

Dios quiso poner su morada permanente en el mundo. Por eso envió a su Hijo único.

 

Lo que acabamos de decir es básicamente una teología del templo cristiano. Es lo que entendemos los cristianos cuando hablamos de un templo. Por eso, desde los primeros tiempos de nuestra santa religión, hemos procurado construir y disponer lugares especiales que reflejaran claramente esa habitación divina en medio de nosotros.

El templo cristiano es así reflejo de varias realidades a la vez: De la voluntad de Dios de vivir entre los hombres. Por eso se reveló a los antiguos a través de los patriarcas y profetas.

Dios quiso poner su morada permanente en el mundo. Por eso envió a su Hijo único.

Dios quiso vivir en el hombre. Por eso envió al Espíritu Santo que nos ha dado la gracia, que no es otra cosa que el mismo Dios que habita en nosotros.

Una casa digna para el sagrado corazón - Somos Templo de Dios

 

El templo nuevo del Sagrado Corazón de Jesús

Los fieles católicos –sacerdotes, religiosos y seglares– de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Hernandarias, en el barrio Las Américas, están abocados hace años a la conclusión del proyecto y puesta en marcha de un nuevo templo que realice con claridad todos los principios enunciados más arriba.

El nuevo templo será construido en un estilo que haga visible de forma inmediata su carácter de edificio sagrado. La planta –en 3 naves–, el ábside y el crucero recuerdan las antiguas basílicas romanas paleocristianas.

En la nave central estarán los asientos de los fieles. En las naves laterales se podrá recorrer libremente entre los retablos pintados con imágenes de la Santísima Virgen, los misterios de la Vida de Nuestro Señor y de los Santos. En el crucero estarán dispuestos los coros de los religiosos, que día y noche mantienen encendida la llama viva de la alabanza divina. El ábside alberga el santuario, lugar del altar, donde los ministros sagrados celebran el culto divino junto con el sacerdote que ofrece el sacrificio por el perdón de los pecados.

 

La fachada del templo está inspirada en la Iglesia de Trinidad, la antigua reducción jesuítica de indios ubicada en el departamento de Itapúa.

 

El interior del templo estará complentamente cubierto con pinturas artísticamente acabadas, donde se plasmarán los misterios de nuestra redención.

La fachada del templo está inspirada en la Iglesia de Trinidad, la antigua reducción jesuítica de indios ubicada en el departamento de Itapúa. Las piedras rojas que recubrirán el templo serán traídas de una cantera cercana a esos antiguos monumentos. En la fachada se encuentran dos torres de campanario, desde donde se llamará a los fieles para la oración.

En el flanco norte y sur se ubicarán, respectivamente, una capilla de adoración al Santísimo Sacramento y una capilla bautismal. El templo también contará con las oficinas de atención al público y una capilla velatoria.

Alrededor del templo se contruirá el Priorato o residencia de los sacerdotes y hermanos de la Comunidad Misionera de Jesús, que contará, además, con una casa de retiros espirituales dentro de las dependencias del priorato.

Así, este templo será a todas luces un lugar no sólo de recogimiento y oración, sino que además se convertirá en un centro cultural importante de la zona, para bien y alegría de todos los que lleguen a visitarlo.

 

¿Cómo ayudar?

Para ayudar, comuníquese con la Comunidad Misionera de Jesús, que a través de la Asociación Stella Maris y los fieles de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús llevan adelante este proyecto.

Teléfonos: (0985) 254 924 – (0631) 22 815

 

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