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“Vírgenes y castos hasta el matrimonio”

¡Una locura! Así catalogaría gran parte del mundo de hoy la decisión de más de 60 chicas y muchachos que decidieron comprometerse a vivir la virginidad hasta el matrimonio, y permanecer castos tras la unión en el sacramento.

 

Por Gregorio Cataldi

En el programa televisivo “Esto dice la Iglesia”, hemos visto que Jóvenes del Santuario Virgen del Rosario, de Luque viven la iniciativa VICAJEMA (Virginidad, Castidad, con Jesús y María), una propuesta que está comenzando a crecer. Los integrantes del grupo invitan a quienes quieran comprometerse ante Jesucristo para permanecer vírgenes y castos hasta el matrimonio.

¡Una locura!. Así catalogaría gran parte del mundo de hoy la decisión de más de 60 chicas y muchachos que decidieron comprometerse a vivir la virginidad hasta el matrimonio, y permanecer castos tras la unión en el sacramento. VICAJEMA es una iniciativa como una forma de ayudar a los jóvenes a luchar contra la corriente erotizada del mundo y descubrir los valores que hay dentro de cada uno.

Parte de un texto escrito por S. Pugsley, dice: “La iglesia me enseñó que el sexo era para personas casadas. Sexo extramarital era un pecado y sucio y me iría al infierno si lo hacía (…) Lo creí todo. ¿Por qué no lo haría? Estaba joven y estas eran personas en las que confiaba. Todos sabían que había hecho los votos de virginidad, por supuesto. El chisme es el alma de la Iglesia Baptista (…) Ahora estoy completamente convencida que el concepto de virginidad es usado para controlar la sexualidad femenina. Si pudiera ir atrás en el tiempo, no habría esperado. Habría tenido sexo con mi novio de la época-ahora esposo y no me habría ido al infierno por eso (…) Es tu cuerpo; te pertenece a ti, no a tu iglesia. Tu sexualidad no es de incumbencia de nadie, solo tuya”.

Con otra visión, el P. Loring dirá: Casarse con una mujer pura tiene para el hombre una ilusión especial. El matrimonio después de unas relaciones puras tiene una ilusión y una felicidad especiales. Y lo mismo le pasa a la mujer. Toma este precioso lema: «Fieles hasta la muerte y puros hasta el altar».

Algunas veces las chicas ceden ante las exigencias inmorales delos hombres a quienes aman; no se atreven a resistirles. Por miedo a perderles, o por no contrariarles, llegan más allá de donde su conciencia cristiana les permite. Y después, resulta que todo sale mal: su conciencia manchada y su novio desilusionado. La mujer interesa al hombre mientras es encanto, ideal, ilusión; pero rebajada a ser una cosa, desilusiona.

Y es que los picholos cuando buscan una chica-objeto para divertirse y aprovecharse, la quieren fresca; pero cuando lo que buscan es una novia en serio, madre de sus hijos, la quieren pura e intachable. A nadie le gusta comerse las sobras que otros dejaron en el plato. Un hombre, no un macho, se avergüenza de que su mujer haya sido de todos.

Hoy se quiere identificar lujuria con amor, pero son dos cosas distintas. La diferencia entre amor y lujuria es que en el amor valoro a la persona por sus cualidades, y esto me lleva a sacrificarme por el bien de ella; en cambio en la lujuria busco a la persona por las gratificaciones que me proporciona. Es decir, la hago objeto de mis satisfacciones egoístas. «El erotismo arranca del egoísmo. El amor parte de la generosidad»

El comentario vale solo para quienes desean una relación seria y duradera. Si no es así, que viva el saludable perreo, el nombre de la libertad… pues es más fácil ser chorros de espermatozoide y vagina, que hombres y mujeres de alto quilate.

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